lunes, 19 de agosto de 2013

Un cuerpo alcalino es sinónimo de un cuerpo sano.



Un cuerpo alcalino es sinónimo de un cuerpo sano: cuatro claves para combatir la acidez

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21372Una clave de nuestra salud está en el pH de la sangre: de 0 a 14, el idóneo es 7,4. Ante el exceso de acidez, la sangre roba nutrientes del resto de órganos. Eso causa cansancio, dolor de cabeza, problemas digestivos, desmineralización… Repasamos los alimentos ácidos (a evitar) y alcalinos (a procurar).
 Buscamos tener un cuerpo sano, que es tanto como buscar un cuerpo alcalino. Porque una clave de nuestra salud está en el pH de la sangre, el índice que mide su acidez o alcalinidad en una escala del 0  al 14.
Un cuerpo alcalino está protegido frente a enfermedades.El nivel idóneo es el 7,4. Pero la contaminación ambiental, los malos hábitos alimenticios o elestrés acidifican el cuerpo y alteran este ph. Y la sangre reacciona: roba los nutrientes que necesita del resto de órganos vitales para compensar el desequilibro. Pero eso tiene consecuencias: cansancio, dolores de cabeza, problemas digestivos, dismineralización de las uñas y el cabello, etc.
Enrique González, director técnico de Bioenergía Humana y nutricionista terapéutico, afirma que“la sangre es el director”. Las oscilaciones del pH de la sangre son casi nulas (+/- 0,04), y por tanto no se suele medir: “Lo que solemos medir son otros líquidos del cuerpo como la saliva y la orina. Si están ácidos es que están cediendo a la sangre, y si están alcalinos no”.
Hay que trabajar para que el cuerpo esté alcalino y no ácidoSi mantenemos nuestro cuerpo en su estado natural, es decir, ligeramente alcalino (con el pH de la sangre por encima de 7), estará protegido frente a enfermedades. El nutricionista lo explica: “No va a tener que ceder ningún tipo de sustancia y va a propiciar un clima poco favorable para virus y bacterias”.
En cambio, un cuerpo ácido es un cuerpo enfermo o propenso a la enfermedad porque la sangre, las células y los órganos vitales viven en un entorno hostil y están en peligro. “Tenemos que trabajar para que nuestro cuerpo esté alcalino y no ácido”, explica Enrique González.
Cuatro claves para tener un cuerpo “alcalino”
  1. claves para combatir la acidez son la alimentación, el ejercicio físico, la “ducha interior” y el equilibrio emocional.
Nutrición
Lo ideal es compensar con más alimentos alcalinizantes –ricos en potasio, magnesio y/o calcio– para que el cuerpo no tenga que sufrir robando minerales para alcalinizar la sangre. De este modo lograremos equilibrar la cifra del ph. La recomendación del experto es consumir menos alimentos acidificantes y más alimentos alcalinizantes.
  • Alimentos ácidos: café, alcohol, bebidas gaseosas, frituras, azúcar refinado, harina blanca, zumo de frutas envasado, chocolate, mermelada, leche, arroz, carne roja y frutas en general.
  • Alimentos alcalinos: patata, lechuga, pepino, coles de Bruselas, espinacas, algas, limón, bayas de Goji, aguacate, ajo, té verde, jengibre y almendras crudas.
Ejercicio físico
Un cuerpo sedentario realiza sus funciones con mucha más lentitud. Se aconseja hacer deporte adaptado a la edad y el nivel de preparación de cada uno para “mantener el cuerpo vivo”. Asíse activa el metabolismo, se eliminan toxinas y el organismo funciona bien.
“Ducha interior”
Depurar los residuos de nuestro cuerpo es imprescindible. “Los tóxicos también nos acidifican, sobre todo si el organismo no limpia o no drena bien”, afirma el nutricionista. Por eso propone recurrir a algunas plantas que ayuden en la labor de limpieza. Hidratarse también es muy importante.
Equilibrio emocional
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud implica bienestar físico y psíquico, así como bienestar ambiental y social. El estrés emocional provoca que ciertas hormonas nos tensionen y dejen residuos en el organismo.

lunes, 5 de agosto de 2013

¿Haces dieta con Splenda?



¿Haces dieta con Splenda?
 Si te fuera dicho que ingerir un producto químico sintético biológicamente extraño cuya presencia en este planeta no es anterior a 1976, y cuya estructura está a sólo unos pocos átomos del pesticida DDT mortal, y supieras que no sólo no había estudios seguros a largo plazo hechos con humanos, pero que ya había sido demostrado en pruebas que tenían efectos adversos para la salud como estos:

• Glándulas del timo encogidas (hasta 40% )
• Agrandamiento del hígado y los riñones.
• Cambios anormales histopatológicos en el bazo y el timo
• Reducción de la taza de crecimiento
• Daños en el ADN
• Cambios adversos en las bacterias gastrointestinales
• Mineralización anormal de la pelvis
• Disminución del número de glóbulos rojos
• Hiperplasia de la pelvis
• Abortos (toxicidad materna y fetal)
• Disminuciones del peso corporal del feto y la placenta
• Inflamación del intestino
• Activación de migraña
• Aumento de la glucosilación de la hemoglobina (HbA1c) en los diabéticos

¿Podrías aún así consumirlo? ¡Por supuesto que no! Y, sin embargo, millones de estadounidenses (¡incluyendo a nuestros hijos preciosos!) Están haciendo exactamente eso con el consumo de Splenda. Entonces, ¿qué es la sucralosa, químicamente hablando?

Al igual que "Splenda", el término "sucralosa" es una estratagema de marketing muy poco linda. El verdadero nombre de este producto químico un poco feo en realidad es demasiado largo para pronunciarlo (que suele ser un excelente indicador de que no es seguro para ingerir!):

1,6-dicloro-1 ,6-didesoxi-beta-D-fructofuranosil-4-cloro-4-deoxi-alfa-D-galactopiranósido

A pesar del intento de insinuación, la sucralosa no es una forma de sacarosa (azúcar de caña). la Sucralosa / Splenda es producida a través de artificialmente la sustitución de tres grupos de hidroxilo (hidrógeno + oxígeno) con tres átomos de cloro en la molécula de azúcar (sacarosa) . El azúcar natural es un hidrocarburo construido alrededor de 12 átomos de carbono. Cuando se transforma en Splenda se convierte en un clorocarbon, que está en la misma familia que los pesticidas mortales, como el DDT, losinsecticidasbiocidas, desinfectantes como el Clorox Bleach, y el gas venenoso diclorourea usado en la Primera Guerra Mundial.
Los fabricantes de sucralosa / Splenda sostienen que este "muy estable" químico pasa sin cambios por la orina y las heces, cuando en realidad, hasta un 11% al 27% se absorbe en el cuerpo (FDA, 1999). De hecho, los diferentes grados con los cuales la sucralosa es absorbida se utilizan como un marcador de permeabilidad del intestino para determinar ciertos estados de enfermedad. Una vez absorbido, una parte de este clorocarbon es acumulado en el cuerpo (entre el 1,6% a 12,2%). ¿Qué efectos tendrán estos productos químicos que se han acumulado? De acuerdo con James Bowen, M.D:

"Cualquier clorocarbono no directamente excretado por el cuerpo intacto puede causar un daño inmenso a los procesos del metabolismo humano y, finalmente, nuestros órganos internos. El hígado es un órgano de desintoxicación que se ocupa de los venenos ingeridos. Los clorocarbonos dañan los hepatocitos, las células del metabolismo del hígado, y las destruyen. En animales de laboratorio el Splenda produjo hígados inflamados, al igual que todos los venenos clorocarbonados, y también calcificaron los riñones de animales de laboratorio en estudios de toxicidad”.

¿Cómo puede ser esto cierto en un edulcorante aprobado por la FDA?

L aprobación de la FDA no garantiza la seguridad de ninguna manera..... lamentablemente, en muchos casos, se garantiza todo lo contrario. Toma por ejemplo el aspartame. Aspartame (Equal / NutraSweet) contiene 10% de metanol, que se descompone en el cuerpo en dos sustancias muy tóxicas: formaldehído y ácido fórmico. ¡Hay más de 30 efectos conocidos adversos para la salud asociados con su consumo! Este edulcorante obtuvo la aprobación de la FDA en 1981, a pesar de la evidencia espantosa vinculada con el cáncer, en particular, el cáncer de cerebro.

Así que, si Splenda no es una alternativa viable para azucarar, ¿qué podemos usar en su lugar?

Cuando uno se desacopla de la experiencia "azucarada" de contenido calórico, el cuerpo se confunde, ya que no recibe alimento y por lo tanto, no alcanzará la saciedad -, a su vez, conduce a excesos. De hecho, nuevos estudios han demostrado exactamente esto: los que consumen edulcorantes sintéticos son más propensos a la obesidad. Lo que esto significa es que cuando ingerimos algo dulce, esto debe también tener un contenido calórico y nutricional. Cualquier cosa menos que esta ecuación es una receta para el fracaso y la mala salud. Afortunadamente la naturaleza nos proporciona una verdadera cornucopia de edulcorantes saludables: la miel, la stevia, xilitol, eritritol, y el jugo de la caña deshidratado orgánico, todos los cuales están disponibles en su tienda local de alimentos saludables. La próxima vez que te llame lo dulce, recuerda que no debes sucumbir a la publicidad exagerada que convierten sustancias químicas tóxicas en "mágicos" edulcorantes sin calorías. Utiliza el sentido común y un sentido de moderación, y tu cuerpo te lo agradecerá.
 
     

sábado, 3 de agosto de 2013

Testimonio de curación de una leucemia y cáncer cerebral mediante el consumo de verduras


Testimonio de curación de una leucemia y cáncer cerebral mediante el consumo de verduras

verduras
Hola Chris:
Espero que tanto su testimonio como el mío puedan ayudar a la mayor cantidad de personas que sea posible. He intentado en la medida de mis posibilidades contárselo a mis amigos y seres queridos, pero no me creen. Por desgracia tengo familiares que ni siquiera lo han intentado, pensando que lo que les decía no es cierto. Sólo creen a los médicos que insisten en la quimioterapia y la radiación…
Fui diagnosticado de leucemia en el año 2000, y lo único que me dijeron es que estaba relacionado con un cáncer de huesos, que se inicia en la médula ósea.
El principio
Mi neurólogo me envió a un especialista en cáncer, ya que tenía que revisar mis niveles en sangre cada 6 meses. Estoy tomando Dilantin para controlar las convulsiones, ya que sufro de ataques epilépticos. El neurólogo me dijo que después de los análisis de sangre realizados durante los últimos diez años, el número de glóbulos blancos iba aumentando, y que finalmente habían llegado a niveles tan altos que debía acudir a un especialista en cáncer, en Erlanger, Chattanooga. Acudí al especialista. Realizó varios análisis de sangre y me dijo que tenía leucemia y que necesitaría tratamiento de quimioterapia. Me dijo que volviese a las dos semanas.
Después de este diagnóstico, mi madre me dijo que a una amiga suya le predijeron una esperanza de vida de sólo 3 meses desde que se descubrió que se encontraba en la fase 4 de un cáncer. Esta señora y su marido viajaron a otro país, donde la recomendaron una dieta vegetariana, con un consumo elevado de zumo de zanahoria, tal que su piel se puso de color naranja por la gran cantidad de vitamina A. Esta mujer logró superar el cáncer y vivió más de 20 años, muriendo ya en la vejez.
Pues si le funcionó a ella, ¿por qué no intentarlo en mi caso? Así que me dispuse a emplear todas las armas a mi alcance para luchar contra el cáncer de forma natural.
Encontré información sobre el consumo de cebolla y ajo crudos como forma de combatir el cáncer. También me compré un libro sobre vitaminas, La Biblia de las vitaminas de Earl Mindellen el que se dan tratamientos para mejorar el sistema inmunológico, ayudar a restablecer la normalidad en la sangre, etc.
De todo lo que encontré, me decidí por tomar jugo de zanahoria, consumir zanahorias crudas, dientes de ajo crudo antes del desayuno de cada día, y también comí alrededor de la cuarta parte de una cebolla cruda cada día, a la hora de la cena.
Para almorzar me comía dos zanahorias crudas enteras, que también acompañaba con una ensalada o un bocadillo. A la hora de la cena ingería ¼ de cebolla dulce cruda, además de judías verdes, maíz y puré de patatas con pollo, o pescado con una ensalada, o un plato de pasta.
El ajo es muy fuerte, así que decidí cortarlo en rodajas que tragaba enteras, como si se tratase de una píldora, y luego me ayudaba a ingerirlo con un vaso de agua.
Chris dice: Yo hice lo mismo con el ajo]
En cuanto a los suplementos: tomé complejos multivitamínicos; vitamina A, C, E, B6 y B12. Elegí estas vitaminas porque había leído que las vitaminas A y C ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, ayudan al flujo sanguíneo; la B6 da energía y la B12 ayuda en la formación adecuada de los glóbulos rojos, aumentando también mi fortaleza.
Tomé tanto los complejos multivitamínicos como las vitaminas individualizadas de forma regular antes del desayuno, después de tragar el ajo crudo. Y luego el desayuno, que incluía un vaso de zumo de naranja, una tostada y dos huevos revueltos.
Hice esto todos los días durante un par de semanas. Cuando volví al especialista en cáncer, me hicieron una prueba sanguínea. El médico volvió a entrar en la habitación y me dijo que había que repetir el análisis y que era preciso realizar más pruebas. Entonces volvió de nuevo rascándose la cabeza y me dijo: “Señor Powell, íbamos a empezar con la quimioterapia, pero no sé cómo los glóbulos blancos han vuelto a la normalidad. ¡No tiene cáncer!”.
No le conté al doctor lo que había hecho, no sea que pensase que estaba loco. De todos modos no me iba a creer.
Mi esposa y yo nos fuimos del hospital con una sonrisa, y dimos gracias por haber seguido una forma de curar este tipo de leucemia, que me decían no tenía cura.
[Chris dice: el ajo y la cebolla son dos de las 10 mejores verduras contra el cáncer]
Tres años más tarde, en 2004
Dejé de tomar jugo de zanahoria y consumir ajo. Me empecé a sentir mal, vomitaba por las mañanas. Tenía dolores, problemas de audición y de visión en un ojo, dificultad para caminar debido a vértigos. Fui al médico, me hicieron una resonancia magnética que mostró un tumor de 7 milímetros en mi cerebro, que me estaba comprimiendo el nervio óptico.
Debido a la posición del tumor, mi neurólogo que no lo quería extirpar, ya que podía quedarme ciego o paralítico, o ambas cosas. Me dijo que mientras no se hiciera más grande, mejor dejarlo.
Desde que me curé de la leucemia con el jugo de zanahorias, ajo y cebolla, no había vuelto a consumirlos, así que decidí volver a ingerirlos para tratar este tumor. Empecé con el ajo y la cebolla de nuevo, pero no bebí mucho jugo de zanahoria ni comí demasiadas zanahorias. En 2008 me hicieron otra resonancia para comprobar si el tumor había crecido.
El tumor seguía allí, pero no había crecido. Eso me hizo pensar que tenía que tomarme en serio lo de consumir otra vez jugo de zanahoria.
Bebía 10 onzas (0,300 l) de jugo de zanahorias todas las mañanas, y otras 10 onzas entre las 5 y las 6 de la tarde, así durante 8 meses. Después de ocho meses de beber jugo de zanahoria dos veces al día, junto con el ajo y la cebolla, y de comer zanahorias crudas todos los días, fui a hacerme otra resonancia magnética en el año 2011. El tumor se había reducido hasta el extremo de que no podía ser visto mediante la Resonancia Magnética.
Sigo tomando jugo de zanahorias todos los días. Tomo ajo crudo tres veces a la semana, los lunes, miércoles y viernes, y cebolla cruda tres veces por semana, para evitar que el cáncer regrese. De momento está funcionando. No tengo cáncer y el tumor ha desaparecido.
Ahora también consumo otras verduras, y somos consumidores natos mi esposa y yo. Ambos hemos visto que esta terapia funciona, no una vez, sino dos.
Gracias Chris por compartir tu historia, espero que otros también traten de combatir su cáncer como lo hemos hecho tú y yo.
Sinceramente,
Earnie Powell
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viernes, 2 de agosto de 2013

Como preparar una quinoa perfecta:

Como preparar una quinoa perfecta:

1. Lavar en un colador dejando correr el agua del grifo
2. Medir 1 taza de quinoa y 2 tazas de agua
3. Dorar la quinoa por un minuto con aceite de oliva
4. Agregar agua y hervir
5. Tapar y cocinar por 15 minutos a fuego lento
6. Dejar reposar por 5 minutos
7. Separarla con un tenedor y servir